SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y
SUPERIOR
DIRECCIÓN GENERAL DE FORMACIÓN Y SUPERACIÓN
DOCENTE
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN NORMAL
ESCUELA NORMAL “SIERRA HIDALGUENSE”
CLAVE
C. T. 13DNL0002G
ESCUELA NORMAL “SIERRA HIDALGUENSE”
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA
PRIMER SEMESTRE
GRUPO: “B”
ASIGNATURA: “TIC`S”
TEMA:
ALUMNO: JAIR MATA MONTAÑO
COORDINADOR(A): PEDRO RODRÌGUEZ CASTILLO
CICLO ESCOLAR
AGOSTO 2015 – ENERO 2016
NOVIEMBRE 2015
ERIK ERIKSON
Erik Erikson nación en Frankfurt,
Alemania el 15 de junio de 1902. Su patrimonio está rodeado de cierto misterio.
Su padre biológico fue un danés desconocido que abandonó a su madre justo
cuando nació Erik. Su madre, Karla Abrahamsen, fue una jóven judía que le crió
sola durante los tres primeros años de la vida de Erik. En este momento, se
casó con el Dr. Theodor Homberger, el pediatra de él y se mudaron a Karlsruhe
en el sur de Alemania.
Después
de finalizar la secundaria, Erik decidió ser artista. Cuando no asistía a
clases de arte, vagaba por Europa, visitando museos y durmiendo bajo los
puentes. Vivió una vida de rebelde descuidado durante mucho tiempo, justo antes
de plantearse seriamente qué hacer con su vida.
Cuando
cumplió los 25 años, un amigo suyo, Peter Blos (artista y más tarde
psicoanalista), le sugirió que aplicara para una plaza de maestro en una
escuela experimental para estudiantes americanos dirigida por Dorothy
Burlingham, una amiga de Anna Freud. Además de enseñar arte, logró un certificado
en educación Montesori y otro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Fue
psicoanalizado por la misma Anna Freud. Mientras estuvo allí, conoció a una
profesora de danza teatral en la escuela mencionada. Tuvieron tres hijos, uno
de los cuales más tarde sería sociólogo.
En el momento en que los nazis toman el
poder, abandonan Viena y se dirigen primero a Copenague y luego a Boston.
Erikson aceptó un puesto de trabajo en la Escuela de Medicina de Harvard y
practicó psicoanálisis de niños en su consulta privada. En este tiempo, logró
codearse con psicólogos de la talla de Henry Murray y Kurt Lewin, asi como los
antropólogos Ruth Benedict, Margaret Mead y Gregory Bateson. Creo que no sería
exagerado decir que estos autores tuvieron tanta influencia en Erik, como la
tuvo Sigmund sobre Anna Freud.
En la tribu americana de los Oglala Dakota (o
Sioux), existía una tradición que se aplicaba a los adolescentes para
determinar su sino en la vida. Se les animaba a introducirse en el bosque sin
armas y sin otra vestimenta que un taparrabos y un par de mocasines en búsqueda
de un sueño. Hambriento, sediento y cansado, el chico esperaría a tener un
sueño al cuarto día de su viaje que le revelaría su destino vital.
Al volver al hogar, relataría a los ancianos
de la tribu el contenido de su sueño, el cual sería interpretado de acuerdo con
una práctica legendaria. Y su sueño le diría al chico si estaba destinado a ser
un buen cazador, o un gran guerrero o un experto en la caza de caballos
salvajes, o quizás convertirse en un especialista en la fabricación de armas, o
un líder espiritual, sacerdote o curandero.
En
algunos casos, el sueño le llevaría a resolver las desviaciones y problemas de
la tribu Oglala. Un sueño con un "thunderbird" (un pajaro de trueno)
llevaría al chico a pasar un período de tiempo como “heyoka”, es decir, a
actuar como un payaso o un loco. O por ejemplo, una visión de la luna o de un
búfalo blanco, le llevaría a ser un “berdache”, un hombre que se viste y actúa
como si fuese una mujer.
En
cualquier caso, el número de roles que se representaban en la vida era
extraordinariamente limitado para los hombres; ni qué decir de las mujeres. La
mayoría de las personas desempeñaban papeles generalistas; muy pocos podían ser
especialistas. Y estos roles solo se aprendían por estar simplemente rodeado de
las demás personas en la familia y en la comunidad. Se aprendía en virtud de la
vida.
En
la época en que los Oglala Dakota fueron visitados por Erik Erikson, las cosas
habían cambiado un poco. Habían sido reducidos a amplias aunque cerradas
reservas como resultado de innumerables guerras y amenazas. El búfalo, la
fuente principal de comida, vestimenta, cobijo y de casi todo el resto
necesario para vivir, había sido cazado hasta prácticamente su extinción. Para
empeorar más las cosas, se les había arrebatado sus costumbres, no por soldados
blancos, sino por los esfuerzos de los burócratas gubernamentales dirigidos a
convertir al Dakota en americanos.
Los
niños eran obligados a asistir a escuelas estatales casi todo el año, bajo la
creencia sincera de que la civilización y la prosperidad surgen de la
educación. Aquí, aprendían muchas cosas que iban en contra de lo que habían
aprendido en casa. Se le enseñaron reglas de los blancos sobre la belleza y la
higiene, algunas de las cuales contradecían sus estándares de modestia.
Se
les enseñó a competir, lo que iba en contra de las tradiciones de los Dakota
sobre la igualdad. Se les dijo que hablaran alto y fuerte, cuando precisamente
sus familiares le decían que se mantuviesen tranquilos y quietos. En otras
palabras, sus profesores blancos se encontraron con un grupo muy difícil de
manejar y sus padres se hallaban en una situación de dolor ante lo que
consideraban una corrupción propia de una cultura extranjera.
Erikson
se sintió conmovido por las dificultades de los niños de Dakota con los que
hablaba y observaba. Pero crecer y encontrar el propio lugar en el mundo no es
tarea fácil para muchos otros americanos tampoco. Los afroamericanos están
luchando por lograr una identidad alejada de sus raíces africanas olvidadas;
esa cultura pobre y falta de poder dentro de una cultura circundante de una
gran mayoría blanca.
Los
asiático-americanos también pasan por una situación similar, atrapados entre
las tradiciones americanas y asiáticas. Los americanos rurales consideran que
sus hijos no encajan en una sociedad mayor. Y la gran mayoría de
europeo-americanos poseen, de hecho, poco de sus propias identidades
culturales, a no ser por vestirse de verde el día de San Patricio o por una
receta de salsa marinara de la abuela. La cultura americana está en cualquiera;
es, en cierto sentido, de nadie.
Desafortunadamente, la mayoría de los
niños actuales buscan la identificación en la “media”, especialmente en la
televisión. Es fácil entender por qué. Las personas de la tele son más bellas,
más listas, más ingeniosas, más sanas y más felices que cualquiera de nuestro
vecindario. Por desgracia, éstas no son reales. Siempre me sorprendo de la
cantidad de estudiantes que se frustran al descubrir el gran esfuerzo que
supone la carrera que han elegido.
Esto no ocurre en la tele. Más tarde,
descubren que los trabajos que realizan no son tan creativos y satisfactorios
como esperaban. Una vez más, no es como en la tele. No debería entonces
sorprendernos el que muchos chicos se vayan por el camino más corto que el
crimen parece ofrecer o en la vida fantástica que la droga promete.
Teoría
Erikson
es un psicólogo del Yo freudiano. Esto significa que acepta las ideas de Freud
como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles como el complejo de
Edipo, así como también las ideas con respecto al Yo de otros freudianos como
Heinz Hartmann y por supuesto, Anna Freud.
No
obstante, Erikson está bastante más orientado hacia la sociedad y la cultura
que cualquier otro freudiano, tal y como cabía esperar de una persona con sus
intereses antropológicos. Prácticamente, desplaza en sus teorías a los
instintos y al inconsciente. Quizás por esta razón, Erikson es tan popular
entre los freudianos y los no-freudianos por igual.
El Principio
Epigenético
Erikson
es muy conocido por su trabajo sobre la redefinición y expansión de la teoría
de los estadios de Freud. Establecía que el desarrollo funciona a partir de un principio
Epigenético. Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se
extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de
cada estadio están determinado en parte por nuestros éxitos o por los fracasos
en los estadios precedentes.
Como
si fuese el botón de una rosa que esconde sus pétalos, cada uno de éstos se
abrirá en un momento concreto, con un cierto orden que ha sido determinado por
la naturaleza a través de la genética. Si interferimos con este orden natural
de desarrollo extrayendo un pétalo demasiado pronto o en un momento que no es
el que le corresponde, destruimos el desarrollo de la flor al completo.
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